El origen de esta receta se
atribuye a los franceses que describían el potaje como un guiso compuesto de
carnes, tubérculos y legumbres cocidas. Es una receta común en Semana Santa y
al parecer data del medievo. El bacalao como ingrediente principal se popularizó
gracias a la difusión en España de las técnicas de salazón que usaban los
judíos. En el potaje cabe casi cualquier ingrediente, por eso además de
garbanzos, se pueden echar espinacas o acelgas, y carne o pescado dependiendo
de la ocasión elegida.
En el tiempo de vigilia, ni en
oriente ni en occidente se pueden echar chorizos, morcillas, lacones ni
costillas a la pota, por ello se introducen los pescados como fuente de
proteínas no cárnicas que la Iglesia admite en Cuaresma.
En esta entrada es Ángeles Moreno quien nos cuenta la receta familiar para este plato y los recuerdos que le traen.
"Me enseñó a cocinar mi cuñada que
trabajaba para gente importante. Cuando me casé no sabía cocinar nada, de hecho
los primeros calamares en su tinta que hice cuando me casé mi marido me dijo
que se quedaban pegados a la pared si los tirábamos.
Luego todos los veranos iba a una
finca en Cáceres en el Rosal de la vera a casa de mis suegros y aprendí con mi
cuñada. Luego ya me empecé a comprar libros de cocina y a experimentar.
Cuando mi hija hace reuniones soy
yo la que cocino junto a ella pues a las dos nos gusta mucho cocinar y
disfrutamos con ello".
A continuación os dejamos la receta completa.
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